A veces, pienso si lo que tantas veces he criticado no sería una buena opción. Me refiero al inmovilismo, a la indiferencia, a dejar pasar el tiempo sin hacer nada, a conformarnos con lo que nos pueda venir... Se que esto que digo es muy duro, hasta me cuesta decirlo, pero viendo como suceden las cosas no me queda más remedio. Muchas han sido las veces en las que he vertido mis pestes contra los genocidios, el mayor de ellos el que los nazis hicieron con los judíos, y ahora... Ahora pienso en esa noria.
Que vueltas da la vida y que dura y penosa es a veces. Aquellos a los que un día compadecíamos, ahora, se erigen en verdugos, dan de tomar los mismos caldos que tanto hemos repudiado los demás en su nombre. A mi al menos así me parece.
Que ironía, que ciertos errores de la humanidad se repitan y casi hagan que se justifique el pasado. Cuando veo a Obama dando la mano a Netanyahu , o al Papa Francisco distendido y sonriente con el dirigente israelí pienso y me pregunto si los tropezones que los humanos hemos tenido en el pasado tienen fecha de caducidad, si prescriben...
No es de extrañar que a algunos les pueda parecer justificable el montaje que se ha hecho con la cara de cierto error de la historia y la bandera de un pueblo que, indistintamente de si tienen razón o no en sus peticiones pues el tema recuerda a la célebre duda siempre mentada de "Si es antes el huevo que la gallina" está sufriendo en las carnes de miles de inocentes.
Por el amor de Dios, ¿vamos a ser tan inhumanos de tomarnos a gracia este holocausto consentido solo por intereses ignorando lo que tanto y tanto hemos repudiado en el pasado?
No demos razón al dicho de que el hombre es el único animal capaz de tropezar en la misma piedra, seamos personas y usemos lo más bonito que tenemos, la PALABRA.
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