JOSÉ SÁNCHEZ RUIZ... BOMBERO

Hoy, mientras me afeitaba y me miraba al espejo, le pregunté…
¿Sabes que es un bombero?
No contestó, pero en el empañado del cristal fruto del vapor, por momentos, pareciera que aparecían letras enlazadas queriéndome decir algo…
Si, es un hombre que vive en esa casa que tanto se parece a la tuya.

Es un hombre con la mente despierta que nunca se recuperó de la emoción de motores, sirenas, humos… y peligros.
Es un hombre como tú, dijo, como cualquier otro, con ilusiones y preocupaciones, con sueños alcanzados pero con mayor orgullo que los de la mayoría, porque es un bombero.
Es el que pone su mejor esfuerzo cada vez que suena la alarma, a la vez, el más y el menos afortunado de los hombres, el que sabe el valor de la vida porque demasiadas veces ha visto el poder de las fuerzas sin control.
Es un hombre que responde a las sonrisas de los niños porque ha tenido en sus brazos pequeños cuerpos que nunca más volverán a sonreir.
Es un hombre que aprecia los placeres sencillos de la vida, como una taza de café caliente sostenida entre dedos frios e inflexibles por la brisa helada que se cuela a través del humo hasta sus pulmones.
Es un hombre que no se pone medallas ni mueve banderas, que tampoco se pone a gritar tonterías pero que si sabe honrar a su compañero caído….

He dejado de pasarme la maquinilla, con la mirada fija en el cristal, mirando pero sin ver nada reflejado, un pensamiento ha llevado mis manos a apoyarse en el borde del lavabo y… Un brillo nublado se ha apoderado de mis ojos… Si, los bomberos somos humanos.
Un compañero ha muerto en acto de servicio… Otro más que maldita la hora engrandece nuestra profesión, otro más que servirá de escusa para rellenar con fotos el periódico local de su ciudad… Otro más que no verá a sus dos hijas crecer… Otro que arrancará las lágrimas, muchas, a escondidas de sus hijas, de su esposa… Las de sus compañeros, las de todos nosotros…
Por mucho que disimulo, no consigo engañarme, no, solo me queda lavarme y confundir, mezclar agua y lagrimas…
Amigo José, hoy hombres como tú, bomberos, te lloramos… y nos sentimos orgullosos de ser tus compañeros.
Hasta siempre.