Ha pasado mucho tiempo desde que escribí mi última entrada, no me sentía muy motivado para escribir, pues, como a muchos de los que me leían, solo me venían a la cabeza lamentos.
Pero hoy no, hoy, una especie de alegría oscura me obliga, (levemente), a escribir estas palabras, palabras que seguramente no llegarán a oídos de quienes las han obligado.
A diario, cuando he podido, he seguido por internet el caso del maremoto de Japón y sus consecuencia. Lo último llegado a mi conocimiento ha sido lo de los dos bomberos japoneses contaminados de radioactividad al caerse en uno los depósitos de agua contaminada en una de las plantas de Fukishima...
Pobres COMPAÑEROS, si, BOMBEROS con MAYÚSCULAS, que han ido a meterse en un viaje sin retorno por, como decía su capitán, Wakayama Yukio, también presente allí, tres razones; que son bomberos, que es su obligación y que es lo que se espera de un momento en estos casos de necesida aun sabiendo lo que supone tal servicio.
Si el mismo contaba a un periodista español que todos tenían miedo, que el hecho de estar metidos en unos trajes especiales distintos a los suyos en los que el sonido y la temperatura desaparecen ya es motivo de miedo. Máxime, cuando no saben ni el tiempo que pueden estar allí refrigerando, 40 minutos máximo si no hay subidas en los niveles radiactivos por fugas repentinas...
Contaba que se había dado cuenta de lo que en realidad suponía dirigir a un grupo de bomberos el día que montaban en los camiones para, posiblemente, iniciar un servicio sin retorno...
Siempre me he sentido orgulloso de mi profesión aunque hubiera quien nos despreciara o quien dijera que no es para tanto. Pero hoy, hoy puedo decir que además agradezco y admiro la posibilidad de serlo y poder decirlo. Pero más aun puedo porque realmente me da la gana, porque me sale del corazón y porque se me cierra el culo, (con perdón) de poder decir que soy compañero de esos hombres que están JUGANDOSE LA VIDA literalmente en Japón para evitar males mayores a los suyos.
SI, agradezco a Dios que me haya puesto en su misma profesión. SI, estoy orgulloso de ser BOMBERO y, SI, admiro a mis compañeros de Tokio por lo que están haciendo y demostrando aun sin conocerlos.
SALUD Y SUERTE, COMPAÑEROS.
