De nuevo la mala suerte golpea a nuestro colectivo y se lleva a uno de los nuestros.
Ocurrió este fin de semana pasado. Un compañero de Zamora perdía la vida cuando intentaba salvar la de otros. El domingo por la mañana fue su funeral. Las lagrimas inundaban las caras rotas de sus familiares, de sus compañeros de Zamora e incluso de muchos de sus compañeros de gran parte del territorio nacional hasta allí desplazados para despedirle y de ciudadanos anónimos que sintieron la necesidad de acercarse en ese momento a él para agradecer su gesto con su presencia. A todos ellos, gracias.
De todas formas, realmente éste no es el único motivo de esta carta, no, hay algo más que necesito decir.
Del mismo modo que sé que dentro de mucho tiempo su familia, compañeros y amigos le seguirán recordando, los demás, se olvidarán de el como del cuerpo al que pertenecemos y del que solo se acuerdan cuando ocurren cosas como esta, cuando se nos necesita o cuando hay que salir en la foto.
Sé que es muy duro lo que estoy diciendo, pero es la verdad. Pero bueno, también, nosotros, los bomberos, sabemos que nos tenemos a nosotros mismos y cuando nos hemos necesitado hemos sido una piña para la opinión pública. Acordaros si no, de cuando nos hemos unido en Madrid, o en estos sitios….
Aun así, la soledad que experimentamos los bomberos solo nosotros la sabemos sufrir, nadie la ve y a poca gente le importa.
Y si no, aquí tenéis un ejemplo:
Hace unos años, un jefe de servicio venía a sustituir al que se nos acababa de jubilar. Venía revotado de otra plaza igual por razones que desconocemos y porque su plantilla había conseguido quitárselo de encima.
A sabiendas de esto, lo más normal en estos casos, sería que el Ayuntamiento al que perteneces hubiera hecho un seguimiento de sus movimientos hasta cerciorarse de cómo iban las cosas… pero no, tenemos la certeza de que sigue los mismos pasos que en su anterior destino y somos nosotros los que lo sufrimos. Se han olvidado de nosotros y nadie se preocupa de preguntarnos como estamos, como nos sentimos, que necesitamos.
Hasta donde llega el asunto, que desde las últimas elecciones municipales hasta hoy mismo no sabemos quién es nuestro concejal delegado. Lo sabemos, si, pero por la prensa pues él aun no se ha presentado a nosotros.
Por digo que estamos olvidados, PORQUE JAMAS EN SALAMANCA NOS HABIAMOS SENTIDO TAN SOLOS Y OLVIDADOS los bomberos. Este hombre ha conseguido romper la unidad y tranquilidad de la plantilla y a nadie parece importarle.
Por eso digo que pronto se olvidarán de nuestro compañero de Zamora, porque si se olvida a un colectivo al completo, a un pobre bombero….
Pero no se preocupe nadie, aunque solo sea para que los olvidadizos sigan saliendo en las fotos…. Nosotros seguiremos estando AHÍ cundo se nos necesite pues como dice un dicho muy nuestro: "NADA NOS MOTIVA, SOLO EL DOLOR DE LOS DEMAS"
